Aunque no sea hipoclorito de sodio, el dióxido de cloro es una lejía

   


 No se encuentra una definición oficial de lo que es una lejía (bleach en inglés) en la IUPAC, ya que se trata de un término que es muy amplio, y puede englobar a un elevado número de substancias. Es cierto, que cuando hablamos de lejía pensamos en primer lugar en el hipoclorito de sodio (NaClO), puesto que es la que de forma habitual se utiliza en las casas. Sin embargo, de una forma más genérica, una lejía sería una substancia química que actúa como blanqueante y que suele tener capacidad biocida y esterilizante. Por ejemplo, así se define en medios más generalistas, como la “Encyclopaedia Britannica”:


    Habitualmente la capacidad blanqueante y biocida viene ligada al hecho de que las lejías suelen ser compuestos fuertemente oxidantes, aunque no es necesariamente así, y también existen substancias que pueden ser clasificadas como lejías y son agentes reductores. Por ejemplo, como se lee en este artículo de la “Encyclopedia of Analytical Science (Third Edition), 2019” de Elsevier, entre los oxidantes tenemos substancias como el Cl2 y compuestos de Cl y O (como el ClO2 o el NaClO), peróxidos (H2O2), ozono (O3)… o bien substancias reductoras, como SO2 y substancias relacionadas (ácido sulfuroso, hidrogenosulfitos..), o borhidruro de sodio (NaBH4)
    Habitualmente, las lejías han estado ligadas a la presencia de cloro. De hecho, la primera substancia que se utilizó como lejía fue el Cl2, aunque debido a su peligrosidad (es un gas muy corrosivo), se descartó su uso directo en cuanto se tuvo disponible una alternativa. Una clasificación que se suele usar para este tipo de substancias se basa en el hecho de producir (o ser) cloro libre, Cl2, no producirlo aunque contengan átomos de cloro, o estar totalmente libre de cloro en su composición. Es decir, aunque no se trate de una clasificación "oficial" o exhaustiva, podemos diferenciar:
  • Cl2 o substancias que generan Cl2: o bien se usa el Cl2 directamente, o bien es un compuesto que durante su uso puede generar Cl2 localmente, como el NaClO.
  • Substancias que contienen Cl pero no lo producen por reacción: Es el caso del ClO2 que se usa ampliamente porque no produce cloro gaseoso, pero sí es cierto que genera otros problemas su uso, como el hecho de que es un gas explosivo y por temas de seguridad debe generarse in situ. Por ejemplo se advierte en la “Encyclopedia of Chemical Technology || Bleaching Agents” 


Se encuentran advertencias similares en libros de química inorgánica de uso habitual, como N.N.Greenwood, “Chemistry of the Elements”. 
  • Substancias totalmente libres de cloro: ahí estarían los agentes reductores, peróxidos, ozono, y demás substancias que nombré antes.

    La siguiente figura, tomada de “Inorganic Chemistry”, C.E. Housecroft & A.G. Sharpe, 2nd edition, Pearson Education, 2005, muestra el uso a lo largo del tiempo de los tres tipos de lejías mencionados antes a lo largo de los años en la industria del blanqueamiento de pulpa vegetal:


    Esto muestra cómo el ClO2 ha ido sustituyendo al cloro elemental (y al hipoclorito de sodio) a lo largo de los años, debido por un lado a las regulaciones ambientales que restringían el uso de Cl2 elemental, y por otro a que su poder oxidante es superior al del Cl2 o al del NaClO.

    Para ver eso, se pueden usar los diagramas de Frost. Son diagramas que representan los potenciales de reducción, en este caso de los distintos compuestos de Cl y O (óxidos y oxoácidos u oxosales), en condiciones estándar, y en disoluciones acuosas a pH=0 o a pH=14. 
    Se trata de una forma muy visual de representar la información redox de las substancias. En la figura, la línea roja representa el comportamiento a pH=0 y la azul a pH=14. Cuanto más arriba en el diagrama, más inestable es el compuesto. Si está arriba a la izquierda sería reductor fuerte, si es a la derecha, oxidante fuerte. Así, vemos que tanto a pH ácidos como básicos, el ClO2 está bastante arriba en el diagrama, siendo una de las especies más oxidantes, muy por encima del Cl2 o del hipoclorito (nº de oxidación +1 para el Cl). 

    En definitiva, los llamemos como los llamemos, tanto el clorito de sodio como el dióxido de cloro son substancias nocivas, con un fuerte poder oxidante, y que desde luego debemos evitar consumir.

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